Nos invitaron a asistir a un mismo lugar, a una cena, a una gala. Ni corta ni perezosa ostenté el mejor traje, el mejor vestido, entallado como a mi me gusta, fino, con mi pelo negro largo acariciándome la espalda, así como acaricia el vino el paladar. Prendas necesarias para lucir mejor.
Ansiosa por su llegada, tragando las horas y minutos, haciendo que escucho a colegas y amigos, mis ojos solo pueden estar pendiente de su llegada, de su aparición.
Vi cuando llegó, saludó de entrada, con una sonrisa divina, esa que me como a diario como si fueran vitaminas a mis venas.
Su entrada estalló el regocijo que tenia en mi alma, y se me notaba por todos los ángulos que su presencia me hace vibrar, reír y hasta lagrimear.
Desde donde yo estaba le miraba de reojo, con respiración anhelante le llamaba por su nombre, solo con suspiros.
Cada suspiro deletreaba su nombre.
Una copa de vino tinto, pastos, quesos, y envidias reinaban en aquella mesa y sala galante, de peinados ostentosos, de bailes arraigados al son de música latin jazz.
No podía perder la noche, de alguna manera tenía que acercarme, acercarnos.
En (vayven) de miradas, de buscar nuestras presencias, de ganar la cercanía, nos fuimos acompasando entre reglones, entre saludos, entre cordiales, y llegamos al fin a la misma linea.
A paso lento me fui acercando hasta llegar a su presencia, de manera que nuestras espaldas se reconocieran.
Nuestros corazones latían, se gozaban, y bailaban al son del latin jazz.
En lo que se cumplía con el protocolo de socializar, ya nuestras almas se regocijaban, nada escuchaban solo el corazón y su bumbuneo.
Su perfume, su voz, su risa, su acento, su espíritu y el mío ya encontrados en nervios sonrientes y con mejillas sonrojadas bailaban... al son del latin jazz...aunque nuestras miradas permanecían tímidas y temerosas de encontrarse.
De la tarima hacen un llamado, y todos silencian para escuchar, doy media vuelta y de suerte yo quedé detrás de su bello cuerpo, me vi tentada de adorar su pelo, mis ojos se perdían entre tanto fulgor, sintiendo su sudor, viendo como apretaba sus manos, palpando sus nervios, inmóvil, mi respiración se deleitaba en su perfume y aroma, aquel era el momento, solo minutos para apreciar con intensidad y convencerme de que ése es el ser que me hace beber buen vino, que me embriaga, que me pone a bailar al son de un compás y a respirar en la caricia y en las olas de su mar.
M.
I don´t want to live, without your love...
Desde luego ese ser te inspira, mucho y muy bien.
ResponderBorrarTe hace disfrutar escribiendo.
Se nota que está escrito desde dentro, sin pensar, a borbotones.
Precioso.
Besos.
Buena vibra que es inspiración y regocijo.
ResponderBorrarVerbo ardiente y sugestivo, el tuyo.
se nota una inspiración especial, las palabras desprenden mucho amor
ResponderBorrarsólo una enamorada describe así de bien y de forma tan certera ese paulatino acercamiento
una delicia leerte y verte tan guapa :)
un beso
Hacer el amor... hacer el amor es como estar naciendo. Es amanecer en todo el cuerpo. Es no tener pasado ni recuerdos. Es ceñirse a la piel que enguanta la carne estremecida, el grito, el mar bullente, las rítmicas oleadas de la sangre, la torva oscuridad de los abismos, las barcas sin amarra, la lava del volcán, el rosal florecido, la voz ronca que murmura palabras sin sentido. Es replegar las alas y acortar los vuelos, aplastar violentamente la tierra con nuestro peso
ResponderBorrarPrecioso texto. Es bello el amor. Bello e inspirador.
ResponderBorrarUn beso enorme!
Un relato hermoso. Un taconeo acompasado entre la música que la fiesta y la música de tu corazón.
ResponderBorrar¡Precioso Mugget!
Un hermoso escrito amiga. Sincronía y rítmo in crescendo...
ResponderBorrarAmiga, hermoso y sensual relato de sensaciones...
ResponderBorrarUn abrazo
Oh my God, yo tampoco quisiera vivir sin su amor. Besos.
ResponderBorrarQue muso con tanta fuerza inspiradora......me encanto incluso baile..jejej
ResponderBorrarMariella
Un relato que podría ser una escena de una película donde la pasío lleva el hilo conductor de la trama. Sensaciones desbordantes con aroma a vino tinto y roces prudentes y sensuales.
ResponderBorrarM.M.
BELLO
ResponderBorrarMUY
BELLO ¡¡
Tan exquisito, tan sensual... el misterio de la seducción, el encuentro aparentemente "casual" son obras de esa química indescriptible que es solo comparable con el cielo.
ResponderBorrarMuy bonito post :)
LA VOLUPTUSIDAD DEL DESEO...CON EL JAZZ Y TÚ CIMBREANDOTE EN TU VESTIDO..UHMMM DELICIOSO RELATO...BESOS.
ResponderBorrar"Su entrada estalló el regocijo que tenia en mi alma"...
ResponderBorrarMe pareció estar mirando el evento sentada cómodamente con una copa de vino!
Un abrazo
Yeli