Verbo...: Nace una flor

miércoles, 1 de septiembre de 2010

Nace una flor

Unamos nuestras manos

que sean tierra fertil

para que unidas

hagan el amor

y en medio de nuestra unión

nazca una flor.

27 comentarios:

mj06:11
Pues aquí pongo mi mano para que sea lo que dices...
Un besico
mj
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Rara Avis06:24
En pocas palabras nos describes la belleza...
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Noelplebeyo06:43
petalos de amor veo constantemente
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Sonrisagr07:51
Preciosa tu flor...
Saludos
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TORO SALVAJE08:15
Que así sea.

Besos.
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Anónimo08:55
Amen!!
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@Igna-Nachodenoche09:44
Hagamos de tus palabras una expresión de amor a gran escala, de amor entre personas, de comunión y aceptación.
Te dejo mis manos para que se vaya ampliando la comunidad que florece entre rosas.

Bs.
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galmar09:49
Bellísima flor azulazul:) y los pétalos de tus letras nos llenan de dulzura:) yo pongo mi mano, y te sigo:)
Muchossss besos:)))
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sevillana10:22
Desde la distancia que nos separa aquí tienes mis manos para hacer una gran cadena.
Besos guapa
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sevillana10:23
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
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Fernando10:52
una copula hermosa de yemas...
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Arantza G.11:10
Un bello deseo.
No suelo tener mucha suerte con las flores pero aquí tienes mis manos.
Besos
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Javier F. Noya14:59
Que el tacto mutuo fructifique, es la mejor de los augurios. Bello, Verbo! Besos.
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Maritza15:36
Que nazcan muchísimas más flores!! Sea la tierra pródiga de ellas!

Abrazos.
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Ninfa Azul17:52
Alargo mis manos y recojo esa flor azul mi color preferido, que me envias de tierra fertil,y con amor.
Muchos besitos.
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MAR18:44
BELLO MUY BELLO.
Besos para ti.
mar
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Catalina Zentner Levin10:27
Yo me sumo a esta invocación.
Abrazos,
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Carlos12:20
Desde el amor, en el desierto más árido, puede nacer una flor.

Un saludo afectuoso.
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Dani Clemente15:46
¡La tan anhelada y dificil flor! Quizá algún día.
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Tempus fugit16:13
¡Sea la tierra un jardín!

besos
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Elizabeth06:46
Mano a mano, la primavera nos devuelve a su semilla. Mil besos.
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ángel20:25
Germinal...
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ángel20:26
Germinal...
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manu23:40
¡Totalmente! Lograríamos trascender, dejar algo nuestro.

Muy tierno.

Beso!
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Verbo...07:31
-12
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Verbo...08:05
-5
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Verbo...18:46
Besos
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AJEDREZ - Jorge Luis Borges

En su grave rincón, los jugadores rigen las lentas piezas.
El tablero los demora hasta el alba en su severo ámbito en que se odian dos colores.
Adentro irradian mágicos rigores las formas: torre homérica, ligero caballo, armada reina, rey postrero, oblicuo alfil y peones agresores.
Cuando los jugadores se hayan ido, cuando el tiempo los haya consumido, ciertamente no habrá cesado el rito.
En el Oriente se encendió esta guerra cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.
Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada reina, torre directa y peón ladino sobre lo negro y blanco del camino buscan y libran su batalla armada.
No saben que la mano señalada del jugador gobierna su destino, no saben que un rigor adamantino sujeta su albedrío y su jornada.
También el jugador es prisionero (la sentencia es de Omar) de otro tablero de negras noches y blancos días.
Dios mueve al jugador, y éste, la pieza.
¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza de polvo y tiempo y sueño y agonías?

¿Porqué esos lirios...? de Miguel de Unamuno

¿Por qué esos lirios que los hielos matan?
¿Por qué esas rosas a que agosta el sol?
¿Por qué esos pajarillos que sin vuelo se mueren en plumón?

¿Por qué derrocha el cielo tantas vidas que no son de otras nuevas eslabón?
¿Por qué fue dique de tu sangre pura tu pobre corazón?
¿Por qué no se mezclaron nuestras sangres del amor en la santa comunión?
¿Por qué tú y yo, Teresa de mi alma no dimos granazón? ¿Por qué, Teresa, y para qué nacimos?
¿Por qué y para qué fuimos los dos?
¿Por qué y para qué es todo nada?
¿Por qué nos hizo Dios?

Rosa del Sol de Ramón Maria del Valle Inclán

Rayuela, capítulo 7 de Julio Cortázar

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja.